David Delfín o Diego David Domínguez González, que así es como se llama en realidad, llegó al mundo el 2 de noviembre de 1970 en el municipio malagueño de Ronda. Sin embargo, no fue allí donde se crió, sino en Marbella, ciudad a la que llegó con solo tres años y en la que permaneció hasta la mayoría de edad.
Su pasión por la moda nació cuando era muy niño ya que, aguja en mano, quería continuamente ayudar a coser a su madre, que por entonces hacía ropa por encargo.
Sin embargo, aquello era solo un hobby. Por tanto, David comenzó a trabajar en algo muy distinto: una óptica. Pero su mente estaba ocupada por patrones, diseños… Así que con 18 años hizo la maleta y se trasladó a Madrid en busca de su propio sueño.
En 1999 se decidió a aplicar técnicas de pintura sobre prendas de estilo militar de segunda mano. Ante la buena acogida de las propuestas y satisfecho con el desarrollo del trabajo, David Delfín se decidió a crear, en asociación con la modelo Bimba Bosé y los hermanos Postigo (Diego, Deborah y Gorka, en aquel momento su pareja), la marca Davidelfín.
Las señas de identidad de la firma serían: la creación de prendas que dialogaran con discursos artísticos (con un trabajo fuertemente inspirado en artistas como Joseph Beuys o Louise Bourgeois), una imagen reconocible basada en la tipografía y un logo creados por el propio Delfín con la mano izquierda, y la transversalidad del proyecto que incluía, además de moda, el trabajo con fotografía, arquitectura y vídeo.
Por todo lo anterior, sería conveniente entender la trayectoria de David Delfín, y con ella la de su propia marca, como el intento de llevar la cultura a la moda.
Para el diseñador malagueño tanto pintura, escultura, moda partía del mismo lugar; la inquietud. Y es precisamente a mujeres inquietas a quienes van dirigidas sus prendas:
“Un traje en sí no es sexy, clásico, elegante o femenino. La mujer es el fin de nuestro trabajo, lo más importante de nuestra colección” (aclaraba él).
Su salto a las primeras planas llegó en el 2002, cuando desfiló con la colección Cour des miracles en la Pasarela Cibeles de Madrid.Dicha colección, inspirada en el pintor Magritte y en el director de cine Luis Buñuel, presentaba a las modelos con la cara tapada con capuchas a modo de burkas y sogas de horca al cuello, lo que desató una enorme polémica por la coincidencia con la guerra en Afganistán contra el régimen de los talibánes.
Sin embargo, toda esta polémica no impidió que fuera galardonado en la Pasarela Cibeles de 2003 con el premio a la mejor colección de un joven diseñador por In loving memory. Desde entonces continuó desfilando regularmente en Cibeles con otras colecciones como Mi manchi o Cuerpo extraño, donde la fallecida modelo Bimba Bosé se convirtió en su musa.
Si con su primer desfile en Cibeles hizo saltar todas las alarmas al cubrir la cabeza de las modelos, su intento de transgredir y provocar ha ido en detrimento a medida que avanzaban sus colecciones, aunque sin llegar nunca a desaparecer, quizás porque nunca fue su objetivo principal.
“No busco la provocación”, afirmaba.
Y añadía: “Más que provocar, me gusta emocionar. Crear imágenes abiertas a interpretaciones. Ya lo decía Bourgeois, lo importante son las ideas y las emociones. Todo lo que nos agite nos hace sentirnos más vivos e intensos”.
Firme defensor de la fluidez del género, sus propuestas, muchas de ellas unisex, han reivindicado una forma de entender la moda y el mundo, libres y alejados de la norma.
Tras romper con Gorka Postigo, David Delfín tuvo una sonada relación con el influencer Pelayo Díaz, al que les siguió uniendo una enorme amistad. Sin embargo, su corazón llevaba ocupado desde 2015 por Pablo Sáez, un fotógrafo gallego al que conoció trabajando.
A finales de 2015, David Delfín empezó a sentir cosas raras y fuertes dolores en las extremidades. Cuando fue al médico semanas después le diagnosticaron tres tumores en el cerebro de los que fue operado en abril de 2016.
“Uno no se podía tocar por la zona en la que está, los médicos ahí no entran; otro estaba bien, se podía quitar sin riesgo de lesiones; y el tercero era complicado, pero operable. Era importante que yo estuviera despierto durante la intervención para ayudarles y decirles si todo iba bien”, relataba él mismo.
Tras un dura lucha llena de optimismo y con ganas de seguir adelante en todo momento, el andaluz fallecía el 3 de junio de 2017 en su casa de Madrid, ubicada frente al Palacio Real. Su capilla ardiente fue instalada en el Museo del Traje de la capital pero sus cenizas descansan en Marbella, donde reside toda su familia.
Después de leer el post, ¿lo recomendarías?
Me gustaría saber tu opinión, no te cortes en los comentarios!
Comments