Hoy se celebra el 27 aniversario del acceso público a la www.
Éste, fue un proyecto casi accidental.
Al ingeniero británico Tim Berners-Lee se le encomendó crear una base de datos de manera puntual para el CERN, la Organización Europea para la Investigación Nuclear con sede en Ginebra.
Su labor dejó un buen recuerdo en el organismo y en 1984 se le contrató para formar parte de la plantilla de la organización.
Su siguiente encargo consistiría en un sistema para que los científicos alrededor del mundo pudieran compartir información y que, sin prever su éxito, se convertiría en lo que hoy conocemos como Internet.
Finalemente, el 23 de agosto de 1991 se abrió al mundo la World Wide Web.
Esto no quiere decir que Internet y las 3 W's son lo mismo: la primera se refiere a la red que permite la comunicación, mientras que la segunda es el espacio en el que se almacena toda la información y las páginas web tal cual las conocemos hoy.
Otro dato que nos da una idea de la explosión que ha vivido este fenómeno es precisamente el de páginas web alojadas en la red: en 1994 eran apenas poco menos de 3.000 las webs disponibles para los pioneros del sistema, mientras que en 2018 se cuentan más de mil millones.
En esta historia tan accidental hay múltiples anécdotas, como las célebres barras que estamos obligados a escribir en las URL de las páginas web: fueron una elección causal de Berners-Lee. “No sabía que serían tan problemáticas después”, declararía este genio, “en su momento me parecieron una buena idea”. Se trata de un mea culpa en el que se arrepiente de todo el tiempo que ha hecho perder a la gente a la hora de teclear y el papel malgastado en un carácter que él mismo reconoce como “innecesario”.
También hay otros nombres propios en este recorrido que ya ha alcanzado el cuarto de siglo: el primer internauta fue Robert Cailliau, un ingeniero informático que ya ha pasado a la posteridad. Menos sorpresas nos encontramos al recordar la primera web, un honor que, lógicamente, ostenta el propio CERN que vio nacer este transformador proyecto: fue info.cern.ch. Y por si fuera poco el legado que ha dejado Berners-Lee a su paso, este científico recuerda que la clave del crecimiento de la red fue sin duda abrir el servicio a todo el globo: “Si esta tecnología hubiera sido propietaria y bajo mi control, nunca hubiera despegado”.
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